miércoles, 28 de marzo de 2012

LOS LUGARES DE PODER

EL PUEBLO DE TELLA

Un lugar Sagrado de la Naturaleza es aquél en el que se experimenta una sensación de expansión de consciencia, de paz, tranquilidad y calma tanto interna como externa.

Se puede decir que un lugar sagrado posee una vibración especial que es sentida por toda persona sensible cuando se encuentra en él. Un lugar sagrado puede estar cerca de donde uno vive o encontrarse muy lejos, en otra ciudad, país e incluso en otro continente.







Y en este sentido, se puede decir que un lugar sagrado de la naturaleza es un potenciador que acopla, despeja, equilibra y facilita el drenaje de ciertas energías que pudiéramos tener en alguno de nuestros centros vitales o chakras, a modo de lastre o herida que venimos arrastrando a consecuencia de experiencias dolorosas acaecidas a lo largo de nuestra vida y que necesitamos limpiar, drenar o transmutar con la fuerza que nos aporta nuestra madre tierra, precisamente a través de estos puntos telúricos o puntos de poder que determinan de forma especial determinados enclaves. Los lugares Sagrados pueden encontrarse de forma casual o bien estar muy definidos por las diferentes tradiciones, culturas o señalados en mapas de geobiológica.
La característica común de un lugar de la Naturaleza considerado Sagrado es la fuerza telúrica que el mismo desprende y que se puede llegar a medir mediante instrumentos de radiestesia o simplemente utilizando la sensibilidad y/o la percepción.
En los lugares sagrados puede haber puntos concretos donde la energía se percibe con mucha más intensidad. Estos puntos determinantes pueden ser: edificios antiguos como templos, esculturas, megalitos, dólmenes, árboles, ruinas, iglesias, ermitas, templos, cuevas, arcos de piedra, rocas enormes, etc.
Cada etnia, en cada época, ha tenido sus lugares sagrados donde realizar sus ritos de comunicación y celebración con sus creencias espirituales o religiosas. En algunos de estos lugares podemos encontrar árboles especiales, plantas autóctonas con propiedades curativas, construcciones arquitectónicas muy antiguas o más recientes que suelen ser puntos de peregrinación. Algunos de estos lugares pueden ser muy famosos por su belleza o por su particular enclave; otros son muy personales e incluso sólo son importantes para uno mismo. Lo importante es sentir que si la intuición te indica que debes realizar un viaje a un lugar de poder, uno debe estar atento a las sincronicidades que la vida le traerá para que se realice este viaje, pues la energía telúrica o representativa que permanece en ese lugar, de alguna manera es necesaria para el propio avance personal, ya que cuando un lugar de poder nos llama, no es para que realicemos solo una visita turística de ida y vuelta a la rutina.
Un viaje a un lugar de poder siempre marca un inicio o un cambio; por eso se dice que un viaje a un lugar de poder es un viaje iniciático: nunca se vuelve de igual manera que cuando se partió, ya que en la medida en la que uno se abra a la energía del lugar, recibirá una elevación de conciencia que le capacitará para sentir que internamente algo ha cambiado al haber incorporado vibracionalmente la fuerza del lugar visitado. Esto no es tan difícil de entender si comprendemos que el campo electromagnético en el que permanentemente vivimos, también llamado aura, se acopla, modifica, expande y equilibra en estos benditos lugares llamados de poder, porque precisamente ése es su poder: elevar nuestra vibración.
Al ponernos en movimiento para realizar un viaje a un lugar de poder, e incluso antes, desde el mismo momento que lo planeamos, ya empiezan a suceder cosas más o menos extraordinarias que van indicando un particular mapa de acontecimientos que, independientemente de que sean gratificantes o no, van aportándonos una enseñanza que será integrada o delegada a lo anecdótico según sea nuestro propósito, nuestra consciencia y nuestra apertura hacia el mismo movimiento de cambio.
En los lugares cuya fuerza telúrica es manifiesta, suelen encontrarse arcadas o puertas aparentemente sin funcionalidad, pero que siguen estando ahí a pesar del paso del tiempo. Esto lo podemos sentir si nos situamos en el centro de dicho arco o colocando nuestras manos sobre la puerta en la roca: si cerramos los ojos y centramos nuestra atención en sentir a través de las mismas, podremos notar la inmensa fuerza de la roca en la que suele estar “grabada” dicha puerta.

Hay lugares de poder mundialmente conocidos como el pozo del cáliz  en Glastonbury, el monte Shasta, las pirámides, y en España muchos otros... por otra parte también puedes encontrar tu lugar de poder personal.

Algunos de estos enclaves son picos de montañas cuya fuerza se siente con especial intensidad cuando llegamos a su cumbre, y literalmente, nuestra energía electromagnética recibe un baño de su vibración y poder, que repercutirá positivamente tanto física como psicológicamente, ya que no es casualidad que estos enclaves se denominen genéricamente lugares de poder.
 

      Valencia mística encontró un sitio más en uno de sus viajes. En las espectáculares montañas del Pirineo Central se ha conservado desde hace no demasiados años una impresionante riqueza etnográfica, cultural , folklorica y arqueológica de las sociedades de estas comarcas montañesas. El paisaje es tan abrupto que ha permitido conocer de primera mano leyendas y tradiciones que en otras zonas de España han desaparecido, al igual que monumentos megalíticos como los dólmenes y los círculos de piedra. En el pequeño pueblo de Tella y en el de Revilla se han conservado muchas de estas tradiciones basadas en la adoración a Vírgenes fruto de un sincretismo popular.


 En un escrito de 1565 se decía de las gentes de estos valles que tenían "grande ignorancia en las cosas de religión y aun de vivir, por falta de doctrina y de pasto espiritual, habiendo en aquellas tierras muchos bandoleros, ladrones, salteadores de caminos y algunas supersticiones y hechicerías". Es por ello que la iglesia en el año 1020 había consagrado estas tierras debido al paganismo imperante. Las gentes de los valles tenían un dicho "Tella, Dios nos libre de ella" por ser el pueblo con más tradiciones extrañas de todo el pirineo aragonés



El tozal de las brujas, panorámica.


La principal tradición del pueblo de Tella es hacer la ruta de las 3 ermitas, pasando primero por la iglesia parroquial.
 Este no es un pueblo cualquiera, las cimeneas son altas y troncocónicas, como en toda la comarca, y aparecen coronadas por los llamados "espantabrujas", figuras o símbolos que servían para espantar a las fuerzas maléficas. Las viejas puertas de boj, lucen todo tipo de pomos y aldabas de curiosas formas relacionadas con la religiosidad popular: pezuñas de animales, símbolos fálicos o bellotas de bronce, amuletos ... En las esquinas de algunas viviendas se colocaban pequeñas caras que servían para delimitar un espacio vital para el desarrollo de la comunidad. También nos enteramos que en el pequeño pueblo de Escuain se ha recuperado un viejo grimorio, un libro "mágico" que contenía todo tipo de recetas de magia empleado por las brujas de estos valles, pero este conocimiento esta vedado a los desconocidos.
 Despues comenzamos a andar por  una senda iniciatica que te introduce en un precioso bosque que cuando atardece parece sacado de un cuento de los hermanos Grimm. Tras caminar un rato aparece ante nuestros ojos como en una película de la edad media el prado  y el tozal de las brujas( el cual es el enclave más asociado a los aquelarres de toda la región ). No es casualidad que en el mismo lugar  se encuentre la ermita de San Pedro y San Pablo (Siglo XI).La energía telúrica que se respira allí, la vista de todo el valle y el anfiteatro de todos los pirineos valen la pena y nos sugieren muchas de las historias que se desarrollaron por estos lugares . 
Más tarde seguimos por la misma senda de nuevo hasta llegar a la ermita de la Virgen de Fajanillas (llena de exvotos y mensajes devocionales) y luego  continuamos por la senda accede  a la ermita de la Virgen de la Peña (igualmente otro sitio mágico en donde las brujas hacían sus conjuros, de ellas se cuentan todo tipo de cosas, la mayor parte de ellas producto de una gran tergiversación, de una cosmovisión donde la naturaleza era el centro del universo ). Para terminar la senda se baja al pueblo donde nos podemos refrescar en una de sus fuentes no sin antes pasar por el museo que hay dedicado a la brujeria y hechicería de los Pirineos.
Nosotros no quisimos terminar esta mágica ruta sin acercarnos al misterioso Dolmen con nuestro cuenco tibetano viajante. Y es que el dolmen de Tella esconde un secreto... 



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